El ministro de Agricultura y Pesca, Luis Planas, ha defendido este miércoles los “buenos resultados” de las negociaciones en Bruselas para acordar las posibilidades de pesca en el Atlántico y Mediterráneo para 2025. Sobre todo porque el acuerdo, cerrado en la madrugada del martes al miércoles por unanimidad de los Veintisiete, ha logrado “neutralizar” el tijeretazo, de 130 a solo 27 días de faena al año, que la Comisión Europea había impuesto a la pesca de arrastre española del Mediterráneo, ha justificado el responsable español. Se hace, eso sí, a costa de aplicar unas medidas compensatorias para hacer este tipo de pesca más sostenible que, pese al alivio por haber hallado una salida, siguen preocupando a un sector que se ve de nuevo abocado a realizar más esfuerzos para mantenerse a flote.
El ministro de Agricultura y Pesca, Luis Planas, asegura que se buscarán medidas de apoyo público para ayudar a los pescadores a aplicar las medidas compensatorias que les permitirán seguir faenando hasta 130 días al año, como en 2024
El ministro de Agricultura y Pesca, Luis Planas, ha defendido este miércoles los “buenos resultados” de las negociaciones en Bruselas para acordar las posibilidades de pesca en el Atlántico y Mediterráneo para 2025. Sobre todo porque el acuerdo, cerrado en la madrugada del martes al miércoles por unanimidad de los Veintisiete, ha logrado “neutralizar” el tijeretazo, de 130 a solo 27 días de faena al año, que la Comisión Europea había impuesto a la pesca de arrastre española del Mediterráneo, ha justificado el responsable español. Se hace, eso sí, a costa de aplicar unas medidas compensatorias para hacer este tipo de pesca más sostenible que, pese al alivio por haber hallado una salida, siguen preocupando a un sector que se ve de nuevo abocado a realizar más esfuerzos para mantenerse a flote.
“Hemos conseguido neutralizar la disminución del 79% que hubiera disminuido el número de días de trabajo de nuestra flota y la hubiera hecho absolutamente inviable”, ha explicado Planas, cuyo rostro reflejaba el cansancio acumulado tras más de 30 horas de arduas negociaciones. España llegó a temer, según fuentes conocedoras de las discusiones, que no se pudiera llegar a un pacto que mitigara el impacto de la propuesta original. El ministro Planas ha calificado dicha propuesta reiteradamente de “radical, desenfocada e inaceptable”.
Ante la imposibilidad de modificar el recorte de 79% impuesto por Bruselas, y que suponía bajar a solo 27 días de faena al año, la vía por la que se ha optado fue la de introducir “mecanismos de compensación” para hacer la pesca más sostenible. En la negociación se mantuvieron juntos los tres países grandes del Mediterráneo —España, Italia y Francia— bajo la amenaza de bloqueo del acuerdo final, que en último término no fue necesario. Al final, las medidas pactadas, con su aplicación, permitirán contrarrestar el recorte de jornadas de faena, al ir añadiendo, según el grado de cumplimiento, más días a la base original.
“En términos prácticos, nuestros pescadores van a poder disponer en el año 2025, en el Mediterráneo, de los mismos días de trabajo que tenían en 2024. Creo que es una magnífica noticia porque nos permite la continuidad de la actividad pesquera en el Mediterráneo”, ha insistido Planas.
Para ello, eso sí, el sector, que ha protestado los últimos días por los recortes, deberá aplicar diversas medidas acumulativas. Esto es lo que ha generado recelos de inmediato por su impacto económico y su viabilidad ante una flota tan grande (570 barcos) y diversa. En total se han negociado 12 medidas compensatorias, de las que seis son aplicables a la flota española: dos relativas a mallas (redes), tres en materia de vedas y una más sobre las puertas voladoras, un mecanismo que aplican ya muchos barcos de la zona para evitar que se toque el fondo marino.
“Los pescadores podrán beneficiarse de un aumento sustancial de los días de pesca si se comprometen a la selectividad, a respetar vedas en ciertas zonas y a la utilización de artes de pesca innovadoras”, había explicado en la madrugada, tras conocerse el acuerdo finalmente por unanimidad aunque solo requería mayoría cualificada, el nuevo comisario de Pesca, Costas Kadis. El chipriota, que recibió el lunes a representantes de la pesca de arrastre española, asegura que “escuchó” atentamente y “tomó nota” de sus demandas y temores, especialmente la pérdida de empleo para 17.000 familias en todo el litoral mediterráneo español. “Hemos hecho todo lo posible para lograr todas las flexibilidades posibles para garantizar el mejor equilibrio entre consideraciones sociales, económicas y medioambientales”, aseguró. El resultado, insistió, es “equilibrado y responsable”.
Según Planas, solo con la suma de dos de las medidas compensatorias, la del establecimiento de mallas de 45 milímetros para la pesca costera y de 50 milímetros para la pesca en aguas profundas, se podrán recuperar ya, en total, el 80% de días de pesca, con lo que se conseguiría neutralizar el recorte de la Comisión.
Uno de los peros que ve el sector, que pide más “aclaraciones” a un documento final “muy confuso”, es que para que sea efectiva esa neutralización de los días rebajados, los cambios los deberá aplicar “toda la flota”, un extremo difícil de lograr en vista de las diferencias dentro de la misma.
“Para poder mantener los días de pesca habrá que hacer un esfuerzo adicional, que no todos podrán cumplir. En particular, la necesidad de cambiar las mallas de pesca otra vez”, ha señalado el secretario de la Confederación Española de Pesca (Cepesca), Javier Garat, que siguió en Bruselas todas las negociaciones. Este “nuevo giro de tuerca”, vaticina, tendrá “consecuencias sociales y económicas en el sector pesquero del Mediterráneo. Veremos cuántos logran sobrevivir”.
Consciente de estos temores, y de que se trata de medidas “complicadas”, Planas ha asegurado que ya ha hablado con la Comisión para “buscar los mecanismos de apoyo público para hacer lo más liviano posible” el tránsito hacia estos métodos que deben hacer la pesca más sostenible.
El trasfondo del pulso entre Bruselas y Madrid es el plan plurianual de “conservación y explotación sostenible” de las poblaciones demersales (las especies que viven en el fondo marino o cerca de él) del Mediterráneo occidental adoptado en 2019. El programa incluía un periodo transitorio de cinco años, que acaba este 2024, en el que se ha ido reduciendo progresivamente el número de días en que los barcos con redes de arrastre salen a pescar. También se han aplicado medidas de selectividad. A partir del 1 de enero, está prevista la aplicación de todas las disposiciones del plan plurianual, que busca asegurar el respeto del rendimiento máximo sostenible (RMS), es decir, las cantidades máximas que se pueden pescar en una población concreta de peces sin que su tamaño disminuya.
Para cumplir estos objetivos en 2025, Bruselas ha calculado el “radical” recorte para España, que sigue rebatiendo los informes sobre el estado de la población de peces en los que se ha basado la Comisión para sus cálculos. Mientras, incluso organizaciones medioambientales como Oceana, que excepcionalmente han respaldado en esta ocasión al sector por el impacto “socioeconómico” de las medidas, recuerdan que ya se sabía, al menos desde 2022, que no se lograrían esa meta de RMS para algunas de las especies incluidas en el plan.
Al respecto, Planas ha insistido en que la Comisión “ha cometido, sin duda, un error con una propuesta de carácter tan radical”. Y ha asegurado que así se lo había trasladado a Kadis, porque se requiere una “reflexión de fondo sobre la aplicación del reglamento”. “Es un problema que está ahí”, ha afirmado.
“Muy buenos resultados para el Atlántico”
Frente a los quebraderos de cabeza que ha supuesto la negociación del Mediterráneo, el ministro español ha celebrado los “muy buenos” resultados para la flota del Atlántico, con “importantes cifras” obtenidas en las cuotas de rape, jurel oeste o cigala. También se ha logrado revertir el recorte propuesto de seis toneladas para la cigala en el golfo de Cádiz, que finalmente mantiene su cuota de 32 toneladas.
En las tres zonas de pesca de abadejos, también se mantienen las cantidades fijadas para este año (388 toneladas), mientras que la merluza sur, una de las especies más apreciadas por los consumidores y de mayor valor añadido para los buques españoles, consolida su cifra de capturas (10.953 toneladas) “gracias al buen estado de la pesquería”, señala el Ministerio de Agricultura y Pesca.
Mientras, suben las cuotas en especies de “gran interés” para los mercados como el gallo sur (3.492 toneladas, 732 más que en 2024), rape sur (4.340 toneladas, 625 más) y en la cigala de la unidad funcional 31, que duplica su cuota a 25 toneladas.
De igual modo, España celebra el acuerdo con el Reino Unido, en el que, afirma, se han alcanzado los principales objetivos fijados, del que se beneficiarán casi 90 barcos de la cornisa cantábrica. “El conjunto de la negociación ha sido un buen resultado para España”, ha concluido Planas.
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