Estoy de viaje y me informa EL PAÍS del fallecimiento de Isak Andic. Con los ojos empañados al llegar, repaso fotos de tantos años de amistad y complicidad. Decía Séneca longa est vita, si vita est [Larga es la vida, si es vida] y, como en un flash, este es Isak. Una vida plena al servicio de sus ideales, de sus pasiones, de sus amigos y de la sociedad, con su gran obra, Mango, y sus trabajadores y clientes en el centro.
Juan María Nin, presidente del Círculo de Empresarios, que conoció a Andic durante su etapa en Banco Sabadell, destaca su perfeccionismo en el trabajo y su trato personal
Estoy de viaje y me informa EL PAÍS del fallecimiento de Isak Andic. Con los ojos empañados al llegar, repaso fotos de tantos años de amistad y complicidad. Decía Séneca longa est vita, si vita est [Larga es la vida, si es vida] y, como en un flash, este es Isak. Una vida plena al servicio de sus ideales, de sus pasiones, de sus amigos y de la sociedad, con su gran obra, Mango, y sus trabajadores y clientes en el centro.
Nos conocimos en mi etapa de Banco Sabadell. Se incorporó al Consejo y nos deslumbró. La banca no era precisamente el fuerte de Isak, quien desde 1984 nos había enamorado con su primera tienda en el Paseo de Gracia, cómo no, de Barcelona, con sus diseños, meticulosidad, perfeccionismo, ambición por el crecimiento y trato personal extraordinarios. Todo esto nos aportó con su inmensa personalidad y nos hizo mejores. Aprendimos mucho de él.
Es interesante ver a Isak reflejado en el nombre de su gran creación, Mango, pero también en su velero, Nirvana, paraíso, plenitud y felicidad para los que tantas veces le hemos acompañado navegando a toda vela a través del Mediterráneo. Le veo concentrado al timón, compartiendo con amigos y tripulación esa plenitud. Lo mismo hacía con su empresa, en su casa, donde estuviera. Su generosidad era completa, sin límites. He seguido desde aquellos años su trayectoria empresarial, siempre ascendente, con altibajos, ¡claro!, pero aprendiendo de ellos y embarcándose en nuevas etapas, para bien de todos.
El propósito de la empresa, del empresario, es proveer a la sociedad de aquellos productos y servicios que esta le demanda con calidad y precio adecuados, a la vez que servir desde la empresa a los intereses de sus clientes, accionistas, trabajadores, entorno municipal y territorial. Y siempre con la cultura a la que tanto ha contribuido Isak, cumpliendo con leyes y regulaciones escrupulosamente. Este ha sido Isak Andic, doy fe de ello, de su espíritu de perfección, con sus logros, muchos, que tanto nos han enseñado. Por esto el afecto a una persona con liderazgo reconocido, para ejemplo de todos, con el Premio Reino de España a la Trayectoria Empresarial, entregado precisamente este año a Isak por el Círculo de Empresarios, el Cercle d’Economia y el Círculo de Empresarios Vascos.
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