Las dos comunidades autónomas con más riqueza en España, son también las que dedican menos inversión a sus universidades públicas. Esta es una de las conclusiones del último informe de la Fundación CYD (Conocimiento y Desarrollo), que ha presentado, este martes, una serie de necesidades concretas para mejorar la situación de la educación superior en España. El estudio destaca que el gobierno autonómico de Madrid desembolsa 5.300 euros de promedio por alumno cada año, mientras que el de Cataluña gasta 5.600 euros por estudiante. Por mientras, los gastos superan los 8.000 euros en otras comunidades como Valenciana, Navarra, La Rioja y País Vasco.
El gasto por alumno en estas comunidades ronda los 5.500 euros por estudiante, mientras que supera los 8.000 euros en Valencia, La Rioja, Navarra y País Vasco
Las dos comunidades autónomas con más riqueza en España, son también las que dedican menos inversión a sus universidades públicas. Esta es una de las conclusiones del último informe de la Fundación CYD (Conocimiento y Desarrollo), que ha presentado, este martes, una serie de necesidades concretas para mejorar la situación de la educación superior en España. El estudio destaca que el gobierno autonómico de Madrid desembolsa 5.300 euros de promedio por alumno cada año, mientras que el de Cataluña gasta 5.600 euros por estudiante. Por mientras, los gastos superan los 8.000 euros en otras comunidades como Valenciana, Navarra, La Rioja y País Vasco.
Apenas unas horas antes de que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, acepte finalmente un acuerdo de 169 millones con el Gobierno central para contratar a más de 1.000 profesores universitarios en la capital, la fundación CYD presentó un informe en el que indicó que Madrid y Cataluña destacan por tener las transferencias corrientes más bajas por estudiante en todo el país. Con aproximadamente 5.500 euros de promedio por alumno y por año, las dos comunidades se sitúan más de 1.000 euros por debajo de la media nacional, que se establece en 6.671 euros. En cambio, La Rioja es la comunidad que mayor financiación dedica a la educación superior, con una transferencia corriente anual que alcanza los 9.689 euros, seguida por Navarra y País Vasco, que dedican respectivamente 9.210 y 9.065 euros anuales a sus estudiantes.
La universidad española “estancada”
El economista y vicepresidente de la fundación CYD, Francesc Solé Parellada, ha descrito este martes una universidad española “estancada” y ha abogado por una restructuración del sistema de financiación nacional para alcanzar las cifras de otras economías europeas. Los datos más recientes (2021) revelan que España destina un 1,43% del PIB a la educación superior, frente al 1,48% de la OCDE. Sin embargo, los ponentes destacaron que el debate no radica tanto en cuánto se invierte sino en cómo y dónde se invierte para maximizar el retorno de la inversión para la sociedad y el desarrollo del sistema universitario español.
Actualmente, el 67% del gasto en educación superior proviene del sector público, un porcentaje inferior al 76% de la UE. La proporción del gasto público en educación superior respecto al gasto público total en España es del 2,19%, por debajo de la media de la UE (2,44%) y la OCDE (2,72%). Para la fundación CYD, es fundamental establecer prioridades claras y diseñar un modelo de financiación que pueda impulsar calidad, eficiencia y relevancia del sistema universitario.
Acelerar la transformación digital y mejorar la empleabilidad
Aparte de la financiación, los ponentes han insistido en la necesidad de mejorar la empleabilidad de los jóvenes, mediante la expansión de la oferta de másteres oficiales. La responsable del gabinete técnico de la fundación CYD, Ángela Mediavilla, ha mencionado la importancia de aumentar la relevancia del conocimiento generado en las universidades. Si bien España destaca por su alto nivel en investigación científica, “las empresas no encuentran en las universidades los socios principales para la innovación”, ha asegurado Mediavilla.
Asimismo, la transformación digital ha sido presentada como una “necesidad inaplazable”. Como espacio de vanguardia en la creación de conocimiento, la universidad debería implementar, con la misma rapidez que las empresas, tecnologías como la Inteligencia Artificial, el Big Data o la computación en la nube.
La educación superior tiene también el reto de diversificarse, mediante la internacionalización —en el curso 2022-2023, solo el 6,19% de los estudiantes eran estudiantes internacionales con matrícula ordinaria— y mejorando la equidad, ya que la presencia de las mujeres sigue siendo escasa en campos como las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), donde apenas representan el 16,2% de los matriculados.
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